La austeridad en el gasto público, implementada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador desde el inicio de su administración en 2018, ha tenido impactos profundos sobre los sectores sociales medios y bajos de México. La estrategia de recorte de gastos del gobierno, enfocada principalmente en reducir el aparato burocrático y evitar el despilfarro, ha generado consecuencias que se reflejan en la escasez de recursos para los servicios públicos y la infraestructura social, afectando directamente a las clases más vulnerables. A continuación, se exploran algunos de los efectos cuantificables que esta política ha tenido sobre los sectores sociales más bajos y medios.
Recortes en el gasto social y sus efectos sobre la pobreza
El gobierno de AMLO ha impulsado políticas de austeridad que se traducen en recortes a varios programas sociales. Aunque algunos programas sociales clave han sido fortalecidos, como las pensiones para adultos mayores y los apoyos a jóvenes, otros han sufrido ajustes significativos. En 2023, el gasto total en programas sociales se redujo en un 5%, lo que afectó a sectores como la salud y la educación. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 42% de la población mexicana vivía en pobreza en 2020, y con los ajustes fiscales y la recesión económica, la pobreza podría haberse incrementado en los últimos años. La pobreza laboral, que es la proporción de la población que no puede adquirir una canasta básica con su ingreso, alcanzó el 38.5% de la población en 2022.
Impacto en salud y educación
Uno de los sectores más afectados por la austeridad es el de salud pública. En 2023, el gasto en salud pública sufrió un recorte del 8%, lo que resultó en la falta de recursos para hospitales y centros de salud en diversas regiones del país. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), más de 17 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud, a pesar de que México implementó una reforma al sistema de salud en 2020 para extender la cobertura. La escasez de médicos, la falta de medicamentos y la insuficiencia de infraestructura sanitaria golpean principalmente a las comunidades de bajos recursos, que dependen del sistema público de salud.
En cuanto a la educación, el gobierno ha recortado el presupuesto destinado a la infraestructura educativa, lo que ha afectado a millones de estudiantes. La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que, en 2023, el gasto en educación se redujo en 2.1%, lo que implica una caída en la calidad de los servicios educativos, especialmente en las áreas rurales y en las escuelas de escasos recursos. Según un informe de México Evalúa, más de 5 millones de niños y adolescentes en el país no asistieron a la escuela en 2023 debido a las carencias en infraestructura y el impacto económico de la pandemia, una tendencia que puede haberse visto intensificada por los recortes.
Aumento de la desigualdad social
Los recortes en el gasto público no solo afectan a los sectores más vulnerables, sino que también exacerban las desigualdades sociales y económicas. De acuerdo con el Banco Mundial, México es uno de los países con mayor desigualdad en América Latina. La pobreza extrema afecta al 7.7% de la población, mientras que el 1% más rico del país concentra más del 20% de la riqueza nacional. La falta de inversión en programas que favorezcan la inclusión social y el acceso a los servicios básicos ha profundizado esta desigualdad. Aunque AMLO ha impulsado programas sociales para mejorar el bienestar de los más pobres, como el «Programa de Apoyo a los Jóvenes Construyendo el Futuro», estos no han sido suficientes para contrarrestar los efectos negativos de los recortes.
Crisis económica y escasez de empleo
La austeridad también ha tenido un impacto negativo en el empleo. Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en 2023, el empleo formal creció solo un 1.2%, mientras que la informalidad sigue siendo alta, afectando sobre todo a las clases medias y bajas. Más del 60% de la población activa trabaja en la economía informal, sin acceso a prestaciones sociales, como salud y pensiones. Este fenómeno ha aumentado la vulnerabilidad económica de las familias, sobre todo en un contexto de inflación creciente.
Inflación y pérdida del poder adquisitivo
La política de austeridad ha coincidido con un aumento significativo de la inflación en México. La inflación anual, que alcanzó el 8.6% en 2023, ha golpeado principalmente a los sectores más vulnerables, ya que los bienes y servicios básicos, como alimentos y combustibles, han experimentado aumentos más altos. Según un análisis de Banxico, la inflación afectó de manera desproporcionada a las familias de menores ingresos, ya que estos destinan una mayor proporción de su presupuesto a productos básicos como alimentos y energía. La escasez de dinero en la economía también ha reducido el poder adquisitivo de los mexicanos, particularmente aquellos de clases medias y bajas, que ya enfrentaban restricciones debido a la falta de inversión estatal en programas productivos y sociales.
Finalmente
La austeridad económica en México ha tenido un impacto directo y negativo sobre los sectores sociales medios y bajos del país. Los recortes en áreas esenciales como la salud, la educación y la infraestructura social han exacerbado las desigualdades sociales y económicas, afectando a las familias más vulnerables. Aunque algunos programas sociales se han fortalecido, la escasez de recursos públicos y la falta de inversión en áreas críticas han generado una crisis que afecta directamente la calidad de vida de millones de mexicanos. La política de austeridad, combinada con una inflación creciente y una falta de empleo formal, pone en peligro el bienestar de los sectores más pobres y amenaza con aumentar la desigualdad en el país. Es crucial que el gobierno revise sus políticas económicas para garantizar que la austeridad no se traduzca en un mayor sufrimiento para los más necesitados.
El gráfico presentado muestra la evolución de cuatro indicadores clave en México entre 2018 y 2023: pobreza total, pobreza extrema, inflación y desempleo. Los datos reflejan el impacto de las políticas de austeridad en los sectores sociales más vulnerables.
- Pobreza Total: Se observa un aumento progresivo de la pobreza desde 2018, con un incremento notable en 2022 y 2023, alcanzando el 44.1%. Este aumento se atribuye a la falta de inversión en áreas críticas y los recortes en el gasto social.
- Pobreza Extrema: Similar a la pobreza total, la pobreza extrema también ha crecido, con una tasa del 8.3% en 2023, lo que refleja las dificultades adicionales que enfrentan los sectores más pobres del país.
- Inflación: La inflación muestra un incremento significativo a partir de 2021, alcanzando el 8.6% en 2023. Este aumento ha afectado principalmente a los productos básicos y ha reducido el poder adquisitivo de los hogares, especialmente en los sectores sociales más bajos.
- Desempleo: Aunque la tasa de desempleo ha variado, la crisis económica y la escasez de empleo formal siguen siendo preocupantes. En 2023, la tasa se mantuvo alrededor del 3.6%, lo que indica un mercado laboral insuficiente para satisfacer las necesidades de la población.
Estos datos son indicativos de cómo la austeridad en el gasto público ha afectado negativamente a los sectores sociales medios y bajos, aumentando la pobreza, la inflación y la inseguridad laboral, creando un círculo vicioso de precarización económica.