El incidente diplomático entre Estados Unidos y Rusia en diciembre de 2016
A finales de diciembre de 2016, poco antes de dejar su cargo, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tomó una medida significativa al ordenar la expulsión de 35 diplomáticos rusos y el cierre de dos propiedades diplomáticas en Maryland y Nueva York. Esta acción fue una respuesta directa a las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones presidenciales de ese año, en las que se alegó que el gobierno ruso intentó favorecer la candidatura de Donald Trump frente a Hillary Clinton mediante ciberataques y la difusión de información dañina para la campaña de Clinton.
Los motivos detrás de la decisión
La medida fue respaldada por un informe conjunto de agencias de inteligencia estadounidenses, como la CIA, el FBI y la NSA, que concluyó que Rusia había llevado a cabo una campaña de desinformación y hackeo contra el Partido Demócrata y otras instituciones. Según Obama, estas acciones no solo interferían en las elecciones, sino que también socavaban la confianza en las instituciones democráticas de Estados Unidos. En un comunicado, el presidente afirmó que «todos los estadounidenses deberían alarmarse por las acciones de Rusia».
Las propiedades cerradas, descritas como centros de recopilación de inteligencia, y los diplomáticos expulsados (considerados «operativos de inteligencia») fueron declarados «persona non grata», una medida que obligaba a su salida inmediata del país.
Reacciones y consecuencias
El gobierno ruso, liderado por Vladimir Putin, negó las acusaciones de interferencia electoral y calificó las sanciones como infundadas y dañinas para las relaciones bilaterales. Aunque inicialmente se esperaba que Rusia tomara represalias, Putin decidió no responder expulsando diplomáticos estadounidenses, señalando que esperaría a la administración entrante de Trump para evaluar futuras relaciones.
Sin embargo, este incidente marcó un momento de alta tensión diplomática entre ambos países y sentó un precedente en cuanto a la respuesta de Estados Unidos frente a amenazas cibernéticas extranjeras. La administración Obama también desclasificó información relacionada con estos ciberataques, buscando equipar a otros países para que identificaran y contrarrestaran amenazas similares.
Contexto político
El momento de la acción también generó controversia, ya que ocurrió menos de un mes antes de que Donald Trump asumiera la presidencia. Trump, quien había expresado su deseo de mejorar las relaciones con Rusia, desestimó en gran medida las conclusiones de las agencias de inteligencia estadounidenses durante su campaña y al inicio de su mandato. Este evento subrayó las divisiones políticas internas en Estados Unidos respecto a la percepción y el manejo de la relación con Rusia.